jueves, 28 de diciembre de 2017

MARGARET ATWOOD, El cuento de la criada.

 Nolite te bastardes carborundorum (89) 

Que los bastardos no te jodan 


Un buen lema para estos tiempos. 

Defred encuentra esta inscripción en el armario de la habitación en la que vive en casa de su Comandante, bueno en realidad De Fred es de “su” Comandante, de ahí el nombre ficticio de la protagonista. 

Estamos ante una distopía escrita en 1985 por Atwood. Esta distopía se basa en algo tan real como un sistema totalitario en que manda una minoría, “los comandantes”, con profundas convicciones religiosas y extremadamente puritanos. Los derechos y libertades se han volatilizado totalmente y la represión pura y dura campa a sus anchas en la República de Gilead ubicada en los actuales EUA. 

La peor parte se la llevan a las mujeres, todas propietarias de los hombres pero con un escalafón diferente: las Esposas, las Marthas, las criadas, las Tías, todas ellas enteramente dominadas por los hombres “por su bien”. 

Defred es una criada, controlan toda su vida: su ropa, su alimentación, sus salidas a la compra siempre acompañada de otra criada, las ceremonias y su vida sexual. Defred es una mujer reproductora y reeducada para que olvide su vida anterior (ella aún recuerda cómo eran las cosas antes del asesinato del Presidente y la dictadura). 

Podría pararme en muchos fragmentos del libro: en la dura represión, la importancia de la religión, la existencia de colonias en las que la vida no dura nada, la resistencia, la rebeldía, la muerte, la vida, la doble moral… Sin embargo no quiero contar la historia porque seguro que es una lectura posible para el año que viene. 
Pensábamos que teníamos problemas ¿Cómo íbamos a saber que éramos felices? (87). 
Una buena novela que convierte una distopía en algo muy posible en la actualidad, en este sentido es terriblemente factible y eso la hace terrorífica. Está muy bien escrita y hay sorpresa final en el último capítulo. Sin embargo, su éxito, tras más de treinta años de su publicación, me parece excesivo y resultado, posiblemente, de la serie de TV basada en ella.

lunes, 18 de diciembre de 2017

LUISA CARNÉS, Tea Rooms. Mujeres obreras.

Estamos ante una novela especial, eso lo habréis leído muchas, pero esta vez es más cierto que nunca (o casi). 



¿Qué tiene de especial esta novela? 

Para empezar, su autora. Luisa Carnés fue una obrera, ella misma trabajó en un salón de té y supo lo que era la explotación de las dependientas de estos locales (largas jornadas de trabajo por unas pocas pesetas que a duras penas llegaban para cubrir la subsistencia propia con dignidad). 
Para seguir, esta novela fue escrita en 1934 y la siguiente edición es esta de la editorial Hoja de Lata, de 2016. 

¿Qué tipo de novela es Tea Rooms. Mujeres obreras? 

Es novela social. Novela de denuncia de las condiciones de trabajo de las obreras madrileñas. Personajes femeninos que representan un amplio arco de posibilidades para hacer frente a la miseria: mujeres agotadas por el trabajo y resignadas, mujeres que se prostituyen, mujeres embarazadas que mueren en manos de aborteros, mujeres que encuentran en la religiosidad el consuelo de una vida devastada, mujeres, muy pocas, con conciencia. Y entre esos prototipos la rutina de un salón de té que tiene espacios bien diferenciados: el salón luminoso, ordenado, disciplinado y con viandas abundantes y la trastienda o el sótano donde hay suciedad, caos, ratones, miseria y cansancio de los y las empleadas. 
Entre sus páginas aparecen pequeñas explosiones de descontento (la más seria una huelga de camareros de un día) colectivo e individual que no parecen tener posibilidades de triunfar. Eso sí, existen las amenazas: para unos viene de la revolución rusa, para otros de la violencia fascista en Italia. 

¿Tiene calidad? 

Es una novela bien escrita, quizás demasiado estereotipada la historia y los personajes, pero hace un buen relato de situación de las obreras españolas que tienen un dilema… 
…el hogar, por medio del matrimonio, o la fábrica, el taller o la oficina. La obligación de contribuir de por vida al placer ajeno, o la sumisión absoluta al patrono o al jefe inmediato. De una o de otra forma, la humillación, la sumisión al marido o al amo explotador (131). 
Se trata de una novela breve que apenas supera las 200 páginas, rescatada del olvido; una voz femenina obrera que merece este reconocimiento postrero.

viernes, 8 de diciembre de 2017

SÁNDOR MÁRAI, Divorcio en Buda

Hacía tiempo que no leía a Márai, un autor que me gusta bastante. Un viaje de unos días me llevó a la estantería donde tengo los libros pendientes de lectura y acabé eligiendo este título que hacía tiempo que quería leer. 


Márai nos conduce de la mano a una extraña historia en la que hay dos personajes principales: el juez Kristóf Kömives y el médico Imre Greiner, ambos de la misma edad y educados en la misma escuela en Budapest. El trasfondo histórico es el periodo de entreguerras del siglo XX, una época de crisis e inestabilidad que acabará con la peor guerra que ha conocido Europa (y el mundo). 

Primero es el juez quien acapara la atención del autor. El mundo interior de Kristóf Kömives no es exactamente el que parece, por fuera estamos ante un hombre de orden y burgués, por dentro es un hombre con preocupaciones de salud y que es consciente del aburrimiento de su vida ordenada.

La segunda parte de la novela, el protagonismo se lo lleva Imre Greiner y su mujer Anna Fazekas a la que acaba de asesinar. Kömives era el juez encargado de dictaminar sobre el divorcio de Imre y Anna y, además, había conocido a Anna en su juventud. Greiner decide ir a casa de Kömives y contarle su especial y obsesiva relación con Anna.

La historia es interesante, tiene un trasfondo psicológico que gusta mucho a Márai, y está bien escrita. Los personajes tienen entidad propia y nos interesan por sus cuitas amorosas y por el tipo de vida que les ha tocado vivir, sin embargo el tema principal es el alma humana y sus recovecos que pueden ocasionar la ruina de un hombre de éxito como el Dr. Imre Greiner.