Siempre me gusta escribir en caliente cuando acabo de leer un libro, me gusta capturar las sensaciones antes de que se debiliten porque pasan días o porque estoy inmersa en otra “historia”, en otra novela…
No siempre las circunstancias me lo permiten, en esta ocasión acabo de leerla hace un par de horas, así que tengo todas las impresiones-sensaciones a flor de piel.
Desde el primer momento desvelaré mi opinión: me parece una novela extraordinaria, de las que dejan un poso que dura mucho tiempo, de las inolvidables. Y eso que la he leído en muy mala situación (pero eso carece de importancia ya que se ha impuesto a la adversidad y me ha ayudado a encararla, un mérito más).
¿Qué plantea No ha lugar a proceder?Un tema que me obsesiona: la maldad del ser humano.
A través de múltiples situaciones y épocas. Este libro no cuenta una historia, cuenta muchas y una sola que tiene muchas caras. Es un continuo cruce de historias que nunca entorpece la lectura pero que requiere ganas y atención. No es una novela al uso, no es fácil su lectura (tampoco difícil porque se entiende perfectamente, no es hermética ni complicada por el lenguaje).
La colonización de América, la trata de esclavos, el exterminio nazi-fascista, son los escenarios principales de la maldad (muy bien elegidos, por cierto, porque no hay nada que los iguale por las dimensiones del sacrificio de miles –millones- de personas).
¿Historias sin protagonistas?
Sí y no.
Algunas de las historias tienen protagonistas colectivos: etnias, pueblos… La principal sí tiene protagonistas, una saga de mujeres judías, especialmente la última: Luisa. No esperéis nada semejante a lo habitual sobre el exterminio judío. Hay un campo de concentración, sí: la Risiera di San Sabba (era la primera vez que oía hablar de él), en Trieste. No sabía de la existencia de campos y horno crematorio en Italia.
Trieste mismo es protagonista de esta novela.
Novela-Caleidoscopio
Esta novela es un instrumento óptico que cuando lo movemos (leemos) a través de sus 53 capítulos, se pueden ver distintas perspectivas del tema que son simétricas. Magris construye una novela especial, original, un universo completo de perspectivas sobre la maldad, pero también sobre la bondad, del ser humano.
La escritura, puñal afilado que va directo al corazón. Hiere y cura, pero sobre todo hiere. (…) Libros que inflaman el mundo, que calientan el corazón, pero de pronto lo abandonan, como en tantas historias de amor o de muerte. Propagan venenos, prometen paraísos y se hacen la ilusión de que la vida real es otra, violan secretos e intimidades, espían (177-178).
Una novela muy recomendable.